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El consumo de helados respetuosos con el medio ambiente es un hábito de vida responsable del día a día que contribuye a disminuir los residuos contaminantes. Debido a que gran parte de los plásticos que utilizamos no se pueden reciclar y acaban en el entorno, buscar alternativas basadas en envases reutilizables y reciclados es la forma idónea de minimizar la contaminación desde el origen.

¿Cómo se desarrolla el ciclo de reciclado del plástico?

El reciclaje de plástico de envases de helados y otros recipientes requiere someter los residuos a una serie de transformaciones que permitan su uso posterior en otras manufacturas. El procesado del envase de un helado se resume en estas 4 etapas.

1. Separar el envase para poder reciclarlo

Este proceso es posible gracias a la separación de basuras que realizamos en nuestros hogares en los distintos contenedores.

Los encargados de reciclar los residuos que generamos son empresas con ánimo de lucro que adquieren los más interesantes para su negocio. Con este primer filtro se optimiza el proceso. La basura de los helados artesanales es de dos tipos: el envoltorio (film) y el envase (plásticos mixtos). Ambos se desechan en el contenedor amarillo.

2. Clasificación de los envases según su material

Los residuos de los helados naturales llegan mezclados con otros plásticos y envases a las fábricas de reciclaje. Cada tipo de producto precisa un tratamiento diferente. Por ello, deben separar por categorías los envases y agruparlos según el tipo de tratamiento que reclamen.

3. Procesado de los plásticos

Una vez clasificados, los plásticos de los envoltorios y envases se unifican y prensan en balas para su posterior cortado. Después, se lavan y procesan para crear un conglomerado de plástico que se puede aprovechar como materia prima en otros procesos.

4. Fabricación de productos con plástico reciclado

En esta fase, la cadena vuelve a comenzar dando lugar a otros productos manufacturados a partir de las grageas obtenidas en el procesado. Estas presentan una gran variedad de aplicaciones industriales, como fibras para el textil o tuberías.

Aunque este es el funcionamiento del sistema en términos generales, resulta conveniente que no perdamos de vista que el objetivo de las empresas de reciclaje es generar beneficios. En consecuencia, los plásticos cuyo procesado es caro o complejo no resultan rentables. Antes se enviaban a países del tercer mundo, pero ante la negativa de los países receptores a comprarlos hoy en día se desechan y pasan a ser agentes contaminantes.

Consumir helados con envoltorios reutilizables constituye la manera de que el dulzor y placer que produce comerse un helado no se convierta en algo amargo. Si, además, optamos por apoyar a los fabricantes que tienen en cuenta la sostenibilidad en todo el proceso productivo, el impacto positivo del consumo responsable será mayor.

Consumiendo helados respetuosos con el medio ambiente contribuimos de dos formas al cambio social. Por un lado, apoyamos proyectos que promueven el cambio y, por el otro, incentivamos a terceros a adherirse a este movimiento demostrando, a su vez, que esta forma de fabricar es rentable. Para saber más sobre nuestros helados ecológicos, siempre invitamos a contactar con nosotros o seguirnos en nuestras redes sociales.

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